A veces en la vida hay momentos en que nos embarga la emoción. Se apodera de nosotros y nos impide analizar las cosas con la frialdad que requiere el lenguaje escrito, en el que cada palabra cuenta y el conjunto ha de ser organizado y adquirir un sentido. Es por ello por lo que hoy, que se cumplen dos semanas de uno de los momentos más felices en la vida del que les escribe, creo que es el oportuno para contárselo de la mejor manera que sepa.
Lo que ocurrió el pasado día 22 de marzo no fue sólo una victoria, un resultado, la consecución de un primer puesto de un grupo (primera vez en la historia del club). Como tampoco es fruto de un día ni casualidad. El sábado 22 de marzo hubo un antes y un después en el baloncesto de Puerto Lumbreras. Y es que 15 chicos que hace tan sólo 18 meses que empezaron a jugar, lograron abarrotar el Centro Deportivo Municipal con casi 400 personas que vibraron con cada canasta y cada defensa de los "luartanos" en el partido decisivo ante Caravaca. Consiguieron que todo un pueblo se volcara con ellos, y que se viviera una jornada mágica, una fiesta, que ni en categorías superiores se recuerda algo igual.
