Los Alcázares 74 Lumbreras 46. Con este marcador, los que no vieran el partido se preguntarán que a qué se debe el titular de la crónica, pero es que no le puede venir más al pelo.
Y es que el del sábado fue un partido malo donde los haya, feo de ver, entre los dos últimos del grupo, pero en el que los árbitros (sobretodo uno) tuvieron demasiada influencia en el marcador final, sin ser necesario.
Del primer cuarto no hay nada que decir, 25-8 abajo. Salimos a la cancha como si el partido estuviera ganado sin bajarse del autobús (o en este caso, de los coches), con escasa intensidad y nula movilidad en ataque. Además, nos encontramos con unos rivales (con todos los respetos, sin ser gran cosa, aunque nosotros somos peores aún según el resultado) que las enchufaban de tres como nada y que se fueron creciendo con el paso de los minutos, mientras que hasta llegar al descanso fuimos viviendo de jugadas aisladas con Santi y Agustín a la cabeza, pero sin hacer ataques elaborados, y encima en defensa, siendo unas madres. Por fortuna, cuando parecia que nos íbamos al descanso 14 abajo, llegó Santi y clavó un triple que dejaba las cosas en el aire para el segundo tiempo.
En el tercer cuarto gracias a una mayor intensidad defensiva pudimos recortar aún más la ventaja, dejandola en 9 puntos. Justo en el momento en el que tras la enésima falta no señalada a nuestro favor (nos diran quejicas y no sé que por esos blogs pero me da igual, son gente que no vio el partido) el árbitro decidió cargarse el encuentro con dos técnicas seguidas a Santi: la primera por protestar y la segunda por perseguirlo por la pista, cosa que no justifico, pero por favor, señores árbitros de 2ª Autonómica, son muy malos porque nosotros también lo somos, pero dialoguen más y sean más justos, que estamos en las bases de este deporte, no en la NBA.
Desde la expulsión de Santi hasta el final, y después de los ¿100? tiros libres por las técnicas a favor de Los Alcázares, el resto del partido sólo sirvió para que los constantes parones por ¿supuestas? faltas eternizaran un choque que desde el momento antes mencionado ya tenía ganador. Enhorabuena al equipo por la actitud mostrada en el tercer cuarto, tanto en la pista como en el banquillo, y ahora a levantar la cabeza que queda toda una segunda vuelta.
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