"Para un entrenador el resultado final no se lee en puntos a favor o en contra, sino cuántos hombres y mujeres han salido de tantos jóvenes jugadores”

lunes, 18 de enero de 2010

OTRO RIDÍCULO ABSOLUTO


Jugaremos a otra cosa, pero no a lo de la foto.


El titular de la crónica lo dice todo. Así se puede denominar el 87-48 que el colider Mazarrón nos endosó este sábado en su cancha: 39 puntos de diferencia, la cuarta paliza considerable que recibimos, ya que La Ermita nos metió una diferencia de más de 50, Duna 43 y Alhama 38. Es la sexta derrota en seis partidos y somos el segundo peor equipo de la categoría después de Abanilla (grupo B). Y lo peor es que todas han sido merecidas, ya que hemos demostrado ser el equipo que mejor arranca de todos un partido, pero también el que antes baja los brazos. No podemos vivir toda la temporada con la excusa de la mala suerte, de las bajas y otras historias. Para este partido se incorporó Santi a la plantilla como fichaje de invierno, después de 7 u 8 meses sin jugar, y Quiño también estuvo presente como entrenador al fin. Nos dieron su confianza y todos les defraudamos. Por mucho que se recupere Agustín y tengamos a Santi no podemos dejarles todo el peso del partido, tienen que coger la forma poco a poco y tenemos que dejarnos la piel en la cancha como ellos o más (ya que el resto no tenemos tanta calidad o por lo menos no lo hemos demostrado). Es increíble que aunque entrenemos sólo una vez por semana (y el resto de los días nadie haga nada de físico por su cuenta prácticamente, allá cada cual) siendo uno de los equipos con la media de edad más baja los demás corran más, cojan más rebotes y nos dejen con cara de tontos.


Hemos llegado a esta situación por culpa de todos, y yo soy el primero que reconozco que no estoy a la altura de la categoría ni de lejos. Cumplo con lo de hacer deporte por mi cuenta pero estoy absolutamente fuera de forma y totalmente perdido en la cancha. Después de 10 años sin competir, me doy cuenta que esto me viene grande y que las pachangas son otra cosa, aunque soy consciente que podría dar mucho más.


A nivel grupal hay cosas inexplicables. Aunque sea fuerte, demostramos en cada partido que no sabemos botar, no sabemos pasar, somos incapaces de meter una canasta en la pintura aunque juguemos todo el día y de 3 ya para que hablar. Ensayamos 3 jugadas esenciales en el entrenamiento, Santi se desgañita para que las hagamos bien una y otra vez, y luego en el partido no lo hacemos ni en una ocasión, somos pollos sin cabeza. En la Universidad di Matemáticas y tuve que ir a una Academia para recordar los conceptos básicos del instituto. A este equipo creo que le pasa lo mismo, hay que empezar de cero como si fueramos benjamines. (LA FOTO DE LA CRÓNICA ES POR ESTO). No puede ser que como en Mazarrón en defensa nos entren en la zona como Pedro por su casa, si hacemos individual (ahora hablaré del físico) como si jugaran solos los rivales, y en ataque no se pueden tener menos ideas que nosotros ni ser más estáticos.


A nivel físico, pese a que la mayoría no supera los 25, mi abuelo que tiene 91 años y cuatro más como él nos superan ampliamente. Es inaceptable que aunque no podamos entrenar hasta el viernes nos toquemos los huevos el resto de la semana. Aquí no hay ningún Lebron James, así que o nos preparamos bien físicamente o no sé que coño estamos haciendo en este equipo, esto es una competicíón más y tiene mucha exigencia. Mazarrón, que no eran más grandes que nosotros ni más fuertes, nos comió todos los rebotes, nos quitaba la pelota de las manos y se plantaban sólos en nuestra canasta en un pispás.


Y lo peor de todo para mí es la actitud. En combinación con el desastroso nivel físico, no se puede explicar de otra forma que Mazarrón, aunque Antonio Ballesta enceste 20 triples, te meta 10 puntos de diferencia por cuarto. 24-12 en el primero, de 20 en el segundo, de 30 en el tercero y de 40 al final. No se puede ganar ni a los cadetes de Lepe así. No me cabe en la cabeza que un tío que está jugando a esto porque le gusta (más motivación imposible) pueda bajar los brazos de la forma en que lo hacemos nosotros en un partido, hasta dejar que nos dejen en ridículo, vergüenza y más calificativos que yo por lo menos siento cada vez que pasa algo así, y reitero que soy el primero que tiene la culpa y que todo esto vale para el que escribe también. Hay que tener un poco de orgullo por lo menos, honor o en caso contrario replantearse porque uno está en esto. Hay que morir en la cancha, y lo más importante, morir por los compañeros. Esto es un juego de equipo y las individualidades no van a ningún sitio. Todos tenemos que ir a por el rebote, todos corremos en ataque y en defensa, todos hemos de sacrificarnos desde que llegamos al pabellón hasta que nos vamos a casa por la camiseta que defendemos.


Hemos silenciado a todos los anónimos que nos han salido al paso, pero salvo las excepciones que critican para hacer daño o faltando el respeto, algunas veces puede que lleven razón en lo que dicen. Estamos dejando por los suelos la imagen de toda una ciudad y de un club respetado en todas las canchas hasta este año, además de poniendo seriamente en riesgo el futuro del equipo, porque yo no sé quien nos va a patrocinar si la próxima temporada seguimos en competición. Hay gente que se merece más que nuestro respeto porque se ha dejado y se sigue dejando mucho tiempo, esfuerzo y dinero por este equipo, y así es como se lo agradecemos.


Más que crónica (con 40 de diferencia no sé qué quereis que escriba), ya sé que esto es un artículo de opinión, pero es muy necesario y lo hace alguien que vive el equipo desde dentro, y que se queda muy pero que muy jodido cada vez que nos apalizan de esta forma; a aquel que no le pasara me sorprendería y mucho.


Es IMPRESCINDIBLE que cada componente del equipo hagamos un trabajo de autocrítica y un análisis en profundidad de su situación, de cómo entrena cada uno los viernes, de cómo se entrena por su cuenta y de cómo afronta los partidos. Nos jugamos mucho más de lo que creeis.


No puedo estar haciendo arengas audiovisuales cada semana para que luego hagamos lo que en Mazarrón, pero que cada uno piense cual es su verdadera motivación en esto y lo que quiere dar para conseguir algo con este equipo. Si después de ese análisis La Unión nos gana otra vez de 40 el próximo sábado, y encima en casa con nuestra gente, es para pensárselo.


La buena noticia es que pese al realismo (que no pesimismo) de mi crónica, si nos implicamos todos en sacar adelante la sítuación, y pensamos en lo que cada uno puede hacer para mejorar el equipo y no al revés, aún estamos a tiempo de enmendar en cierto modo este desastroso inicio de campaña. Además, no somos mancos señores, hay que trabajar más y creer que podemos, porque es cierto que podemos siempre que se hagan bien las cosas.

Aupa LUA ahora y siempre. José David Millán (7)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

No deberiaís haber sacado equipo.Por mucho que os guste el baloncesto , no es lo mismo una pachanga que jugar federado. Y más con gente enfrente que sabe lo que hace...